1948. Cinco amigos del colegio se juntan en una veterinaria abandonada a jugar por primera vez a la OUIJA. La última gran inundación del pueblo hizo destrozos en el lugar. Antonio, a quien lo rodea una cantidad de acontecimientos familiares trágicos y extraños, es quien lleva el tablero y el único que sabe jugar. Todo cambia cuando el conector comienza a moverse y queda claro que es mucho más que un juego y ya no hay vuelta atrás.